El Camino de la Luz


Como el Vía Crucis se reza en Cuaresma, el Vía Lucis se reza en Pascua ante la venida del Espíritu Santo. En las estaciones se recuerdan las escenas de la Resurrección.

Una gran amiga y gran persona tuvo la extraordinaria idea de organizar un Via Lucis y el primer día de radiante sol de primavera salimos un grupo a llevar a cavo el camino de la luz por un monte detrás de la Basílica del Valle de los Caídos. Aunque a algunos nos costó la subida (y a mí también la bajada ¡hay que hacer más ejercicio!), disfrutamos de la alegría de celebrar la Resurrección de Jesús en ese espléndido paraje con las maravillosas vistas que teníamos allí arriba donde sientes la paz y la presencia de Dios.



Además, para nosotros realmente era así, Jesús estaba entre nosotros, como con los discípulos en el camino a Emaús. Nos reuníamos para celebrar precisamente esto, que Jesús resucitado lleno de luz y esplendor está con nosotros, que nos tenemos que fiar de Él, tal como sus discípulos hicieron echando las redes donde Jesús les decía, que somos bienaventurados los que creemos sin haberle visto y que nunca nos faltará cerca Su Espíritu que nos ilumina y nos llena de nuevas fuerzas.

Las citas del evangelio y las meditaciones de las estaciones fueron las que Martín Descalzo publicó en su libro “Razones para la esperanza” y que se encuentran en este enlace:


Y una tarde Tú vuelves y nos dices:
“Echa tu red a tu derecha,
Atrévete de nuevo a confiar, abre tu alma,
Saca del viejo cofre las nuevas ilusiones,
dale cuerda al corazón, levántate y camina.”
Y, de repente nuestras redes rebosan alegría,
Nos resucita el gozo,
y es tanto el peso del amor que recogemos,
que la red se nos rompe cargada
de ciento cincuenta nuevas esperanzas.
(Del poema “Echa las redes“ de J.L. Martín Descalzo)




Domingo de la Divina Misericordia


Una devoción especial se comenzó a extender por el mundo entero a partir del diario de una joven monja polaca en 1930. El mensaje no es nada nuevo, pero nos recuerda lo que la Iglesia siempre ha enseñado por medio de las Sagradas Escrituras y la tradición: que Dios es misericordioso, que perdona y que nosotros también debemos ser misericordiosos y debemos perdonar.

Pero en la devoción a la Divina Misericordia este mensaje toma un enfoque poderoso que llama a las personas a un entendimiento más profundo sobre el Amor ilimitado de Dios y la disponibilidad de este Amor a todos.




La hermana Faustina en su diario nos da, además de estas palabras de Nuestro Señor:

Habla al mundo de mi Misericordia (Diario 848)

las palabras de la Madre de Misericordia, la Santísima Virgen María.

"Tú debes hablar al mundo de su gran misericordia y preparar al mundo para su segunda venida. Él vendrá como un Juez Justo. " (Diario 635)

Como en el mensaje de Fátima, la urgencia aquí es la urgencia del Evangelio, creer y confiar en Jesús. El tiempo exacto es del Señor. Sin embargo, es también claro que hemos alcanzado una etapa crítica de los últimos tiempos que comenzaron con el nacimiento de la Iglesia. Por esto el Papa Juan Pablo II nos urgía a "implorar la Misericordia de Dios para la humanidad en estos tiempos de la historia…para suplicar por ella en estos tiempos difíciles y críticos de la historia de la Iglesia y del mundo" (Encíclica Rico en Misericordia 15)

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