Hoy por hoy siguen sucediéndose casos de gente que a través de la fe le dan un feliz giro a su vida.
Y parece increíble, pero es verdad, que todavía encontramos los casos de personas “tumbadas” por Dios como Pablo. Impresiona como ha llegado a la fe María Vallejo Nájera.
Aunque muchos ni siquiera sienten la necesidad de creer, otros muchos quieren creer y para los que creemos, nuestra fe no es siempre tan audaz como debería ser. Podemos tener momentos de oscuridad que superar.
Necesitamos que se ilumine el camino.
Dios es amor y el que vive en el amor vive en Dios.
Una vez me dieron este consejo: pedalea.
Cuando montamos en bicicleta nuestro faro no ilumina hasta que nos ponemos en marcha. Al pedalear la rueda gira y hace girar la dinamo que comienza a generar energía y el camino se va iluminando. Cuanto más fuerte vamos pedaleando más luz tenemos.
Las bicicletas ya llevan batería :) (María Vallejo debía ir en una de estas), pero el ejemplo sirve.
Pedaleamos cuando amamos al prójimo y esa es la manera de encontrar luz.
A no ser que te caiga un rallo divino, no hay más camino para encontrar a Dios que portarse bien con los demás.
A Dios lo encontramos humanizándonos, es decir, siendo cada día más humanos, más buenas personas, más respetuosos, tolerantes, caritativos, cercanos al sufrimiento de los demás y alegres con sus alegrías.